Como consecuencia de estas aplicaciones podemos:
► Comunicarnos de manera más eficaz con amabilidad y empatía mejorando así las relaciones interpersonales.
► Reducir la ansiedad y los efectos físicos del estrés a largo plazo, accediendo a un mayor nivel de calma y estabilidad.
► Vivir más plenamente, apreciando el momento presente y facilitando la aparición de estados de ánimo positivos.
► Un mayor autoconocimiento, que hace posible que interpretemos mejor el sentido de la propia vida.
► Mayor consciencia de los demás, con más comprensión de cómo los demás piensan, sienten y se comportan.
► Desarrollo de habilidad para gestionar con eficacia el estrés, las emociones y el dolor.
► Sentirnos más dueños de la situación que vivimos y, en general, de nuestras vidas.
► Una comprensión práctica y profunda del proceso de mindfulness (atención plena).
► Mayor creatividad y flexibilidad en la resolución de conflictos.
► Más capacidad de concentración y atención.