Es cierto que muchas veces nuestros intentos de solucionar un problema, no sólo no logran resolverlo, sino que ayudan a crear y mantenerlo, retornar a lo simple puede ser una guía eficaz para dejar de insistir con nuestros intentos de solución fallidos. Detenernos y volver a mirar conscientemente, nos ayuda a conectarnos con lo natural y profundamente simple. Simple no es sinónimo de fácil ni de simplista. La simpleza profunda implica una actitud de aceptación ante lo importante, de reconocer dónde estamos y de comenzar a dejar de lado lo accesorio o innecesario. Lo profundamente simple es claro, espacioso, consciente, natural y por supuesto presente. Lo profundamente simple nos deja la sensación de libertad, nos invita a conectarnos con la belleza natural ya presente, es minimalista no sólo en el sentido estético, sino que disfruta de lo que se manifiesta, sea lo que sea esto. Lo simple hace suya la consigna de E. F. Schumacher: "Lo pequeño es hermoso". |