Y tú ¿para qué utilizas los cuchillos de tu cocina?
Hace unos días, un buen amigo me paso un artículo que se publico en un diario de ámbito estatal y de mucha tirada.
Ese artículo empezaba diciendo:
“Pensar en positivo ni sube el sueldo ni quita carga de trabajo: por qué el ‘mindfulness’ corporativo está arruinando la cultura laboral
El problema está en ti y no en el sistema: la pandemia y el teletrabajo han liquidado del imaginario la oficina enrollada con neveras llenas, pero ahora se expanden iniciativas y talleres de autorrealización personal que en su esencia responsabilizan de la productividad, del rendimiento y del estrés al propio trabajador.”
Y ciertamente muchas empresas y algunas de mucho nombre y de sectores diversos ofrecen ese tipo de formaciones enriquecedoras para su nuevo horizonte laboral y paliar déficits que no solo son responsabilidad de los trabajadores, si es que lo son.
Ofrecen clases de meditación y yoga gratuitas para empleados, descubriendo que tienen beneficios y quedamos bien y estamos a la moda, pero a esas clases poca gente podía ir en realidad por el horario en el que se ofrecían y porque el nivel de trabajo que asumían normalmente les impedía escaparse para asistir.
Pero mejorar las condiciones. Eso nunca se ha planteado.
En esos talleres la respuesta para mejorar solo la encontrarás en ti mismo, gran error, nunca en el sistema que perpetua esa sobrecarga y jornadas extenuantes. Pagar un salario acorde a lo trabajado, tener un horario razonable o cumplir con las vacaciones estipuladas podrían contribuir a solucionar ese manejo del estrés y ansiedad por el trabajo, pero para qué planteárselo si a los empleados se les confunde con la creencia de que son solo ellos, equivocándose por no reprimir sus emociones adecuadamente y sin saber controlar el momento presente, los únicos que lo están haciendo mal.
Curiosamente, en estos programas de bienestar nunca se cuestionan esas jornadas maratonianas y en todo lugar con la complicidad de las nuevas tecnologías, la falta de personal, los plazos de entrega inalcanzables, una rotación de plantilla exagerada o la ausencia de apoyo para hacer frente al teletrabajo y un seguido de cuestiones que tienen que ver con aspectos tan comentados como, acoso, conciliación, etc…
Engañando y confundiendo con charlas motivacionales incompletas para vislumbrar las crisis como oportunidades de mayor rendimiento e incluso los trabajadores tienen a su disposición un servicio de apoyo psicológico, un programa de mindfulness de varios niveles o clases de yoga online.
Pero tampoco le han mejorado sus condiciones laborales básicas.
Vive para trabajar, pero meditando.
Estos programas, entre los que se encuentra Mindfulness, se han convertido en cortina de humo y disfrazan intereses como obtener mayores beneficios por encima de las personas, mercadeando para conseguir un mayor rendimiento de sus trabajadores.
Se pretende encajar y acomodar el bienestar emocional en la lógica empresarial, apropiándose de un lenguaje que mezcla superación personal y autorrealización, justificando la apropiación del mindfulness y la meditación en una lógica donde conseguir más dinero siempre fue la intención principal.
En este articulo al que me refería al inicio se menciona que:
“En España, el mindfulness corporativo en las grandes compañías es una realidad. Según informa el Observatorio de Recursos Humanos (ORH), el 64% de las 102 compañías certificadas como Top Employers España ya cuenta con iniciativas en la materia como talleres de formación en mindfulness, espacios de silencio para la meditación o la práctica de la alimentación consciente. En el abanico de actividades destacan las pausas para «aliviar el estrés durante el horario laboral» (implantadas ya por el 62% de las compañías Top Employers España), las clases de yoga (55%) o los programas de desarrollo personal y autoconciencia (52%)”
Hace un cuarto de siglo se publicó
Inteligencia emocional, escrita por el psicólogo de Harvard y redactor científico de
The New York Times Daniel Goleman.
Junto a esa inteligencia emocional, el mindfulness y la meditación se han convertido en elementos clave de la llamada nueva cultura de la felicidad y el bienestar empresarial.
También se ha heredado de la cultura propiciada por los gurús tecnólogicos. A mediados de los setenta, Steve Jobs lo empezó a implantar en Apple y en Google también se ha optó por una fórmula similar, con el histórico método de mindfulness de Cheng-Men Tan, instaurado una estrategia de mindfulness –el programa Search Inside Yourself.
Es lamentable que la mala practica de algunas empresas, el mal uso de la formación y el seguimiento poco profesional y poco ético de algunas personas que imparten estas formaciones, en perjuicio de empresas, trabajadores y profesionales-formadores que realizan ética y profesionalmente su trabajo, enturbien la bondad y la verdadera intención de una práctica milenaria como es Mindfulness.
Todo tipo de herramientas se pueden convertir en perjudiciales si no son utilizadas correctamente y para su finalidad.
¿Para que finalidad tú utilizas los cuchillos que tienes en tu cocina?
Mindfulness, es decir recordar estar conectado amplia, conscientemente con la experiencia de la vida, nos facilita ser consecuentes con nuestros valores e intenciones. Sin excusas.